Todas las escuelas del presente deberían ser escuelas del siglo XXI. Sin embargo, la realidad es que no lo son. Están en el siglo XXI, pero no viven el siglo XXI, no lo experimentan, su reloj se ha parado.
Cuando una escuela actúa, cambia, crece y se desarrolla atenta al presnete, a la investigación y a la realidad global y local, descubre su identidad de escuela21.
De este modo logra que cada uno/a de sus alumnos/as aprenda a vivir, narre su identidad, descubra el mundo y los transforme en el siglo XXI en un mundo más justo, responsable, solidario y equilibrado.
Nuevamente los dos centros asturianos de Alter Vía se encontraron representados en un apuesta clara por la innovación educativa.